Una buena madre nunca se da por vencida

Sí, lo sabemos. Hay días en los que todas las madres sentimos que estamos mal y que necesitamos ir a la cama para levantarnos a la mañana siguiente con mejor energía para seguir criando y lidiando con las responsabilidades que tenemos. Nadie dijo que ser madre fuese fácil, pero aunque tengas días algo complicados, si eres buena madre, no te darás por vencida tan fácilmente… buscarás la forma de intentar ser mejor, aunque sea poco a poco.

Hay veces que cometerás el error de compararte con otras madres. Pensarás que no eres lo suficientemente buena o que tus hijos podrían tener más de lo que tienen. Quizá podría tener una habitación más bonita o disfrutar de unas buenas vacaciones en lugar de pasar los días festivos en casa porque no tienes dinero suficiente para permitirte salir de vacaciones.

Ser buena madre es mucho más que eso

Ser una buena madre o ser una madre de éxito no siempre reluce en las redes sociales ni tampoco se comenta con otras madres. Tu éxito no tiene que ser el mismo que el de otras madres, lo que importa es la sonrisa de tus hijos y el brillo de sus ojos cuando te miran. Ese brillo es el que realmente te dirá si lo estás haciendo bien o no… porque la mirada de los niños nunca engaña.

Quizá no te des cuenta de tus destrezas diarias, pero te podemos asegurar que sí eres una madre valiosa y que todos esos esfuerzos, merecen la pena. En cambio, si no te permites ver todo lo que haces de valor cada día, entonces podrías acabar sintiendo que no eres suficiente. Ser madre no es fácil y eso lo sabes bien. Sabes que hay días de mucha luz, pero hay otros cuantos de una gran oscuridad.

Puede que nadie note tu esfuerzo cuando crías a tus hijos, pero no necesitas el reconocimiento de nadie: la sonrisa de tus hijos es el mayor de tus tesoros. Llena su corazón, sin necesidad de que te llenen los oídos con adulaciones.

Te esfuerzas cada día y eso ya es tener éxito

No quieras ser una madre perfecta, no pretendas compararte con otras madres. Eres capaz de sacar fuerzas cuando no las tienes por y para tus hijos. Eres una buena madre porque jamás tiras la toalla. Eres quien se encarga de regar a tus hijos cada día como si fuesen pequeñas plantas, para que crezcan fuertes y sepan tener unas raíces profundas.

Sin darte cuenta, nutres la mente y el corazón de tus hijos. Tomarás decisiones equivocadas, te cansarás, llorarás, te preocuparás, algún que otro día los nervios podrán contigo, quizá hayas gritado a tus hijos porque estás exhausta y luego te has arrepentido y les has pedido perdón. Esto no te hace mala madre, esto te hace ser una madre real.

Una buena madre es como tú. Una madre que quizá no se vea pero que realmente lucha cada día por sus hijos con el mayor amor que hay en su corazón. Madres que aman de manera incondicional y tiene una gran entrega por su familia… pero al mismo tiempo se cuidan y buscan tiempo para ellas, porque es la única manera de poder estar preparada para los momentos más intensos que siempre tiene la crianza.

Tu lucha diaria permite que tus hijos crezcan fuertes y sanos. Tu esfuerzo no es en vano, a pesar de ser silencioso. Tu sonrisa, tus abrazos, tu tiempo y tus “te quiero” es lo que tus hijos necesitan por encima de todas las cosas para crecer sabiendo que son seres dichosos. Y eso, te podemos asegurar, te hace una buena madre, la más exitosa.