¿Es buena idea defender a tus hijos de otros niños?
Qué hacer cuando tu hijo sufre acoso o bullying
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Cuando un padre siente la impotencia de que su hijo sufre bullying o acoso escolar por culpa de otros niños sin duda puede pasar por su mente muchas acciones a realizar para defender y proteger a su pequeño, y esto es totalmente normal. Pero, ¿hasta qué punto puede ser buena idea defender a tus hijos de otros niños? Lo primero que debes saber y que debes tener muy en cuenta es que cuando los niños se pegan no es normal ni es aceptable.
Cuando hablamos de bullying o intimidación estamos hablando de un comportamiento no deseado, agresivo en el que un niño o adolescente utiliza la fuerza física, el acceso a información embarazosa o incluso la popularidad para controlar o hacer daño a otros niños. Puede incluir cualquier cosa que pueda perjudicar el bienestar de otros niños desde la difusión de rumores, insultos e incluso hasta la agresión física. La intimidación es en definitiva, un abuso de poder en la relación entre iguales.
El perfil de los acosadores
Normalmente un acosador acosa porque siente la necesidad de tener poder ante la vida de los demás. Para un niño o adolescente que se siente impotente en su vida, el abuso de poder por la intimidación puede sentir adrenalina que la haga sentirse bien. Si él está haciendo daño puede sentirse mejor en un período corto de tiempo. Si humilla, amenaza o hace daño, esos sentimientos normalmente los ha vivido en otro contexto y siente la necesidad de hacerlo a otros.
¿Es buena idea defender a tu hijo de los acosadores?
No es buena idea que vayas con el hacha de guerra en busca del acosador para defender a tu hijo y que éste quede ante los demás como un polluelo que solo no sabe defenderse. El objetivo de un padre no es aislar al hijo, sino apoyarlo para desarrollar el conocimiento y las habilidades para protegerse a sí mismo cuando sea necesario y para buscar ayuda en cuanto pueda.
La intimidación o acoso escolar puede empezar en la edad escolar y cobra fuerza a medida que crecen los niños. Y además con el uso de las redes sociales se ha convertido cada vez en algo más peligroso psicológicamente, tanto puede afectar a los niños que por desgracia hay chicos y chicas que optan por el suicidio ante la impotencia de la intimidación. Pero como padres, tienes la obligación de ayudar a tu hijo a desarrollar habilidades para hacer frente a la intimidación y a este tipo de comportamiento.
Se deben buscar soluciones
Los niños deben aprender estrategias y habilidades para poder defenderse de los matones y saber que tienen el apoyo y la ayuda de sus padres de forma incondicional. Pueden usar algunas estrategias como ignorar la conducta, salir de la situación cuanto antes y buscar ayuda. Enfrentarse a un acosador no siempre es la mejor opción porque se convierte en una lucha donde la víctima puede salir gravemente perjudicado.
No hay que dejar libertad para que los niños arreglen estos conflictos de acoso escolar porque pueden tener resultados desastrosos. Es deber y obligación de padres y profesores preocuparse por la salud emocional de los niños y buscar la soluciones entre todos e implicando a los demás compañeros de la escuela para que actúen contra el acoso escolar (sin señalar en ningún momento a los niños que sufren acoso y tratar el tema como algo generalizado por el bien de todos). Asimismo será deber de los padres defender a sus hijos dándoles herramientas y acudiendo al centro escolar (en el caso que sea en el centro educativo donde se realizan las agresiones) para buscar soluciones ante el conflicto entre los profesionales.
Si un niño se siente protegido se sentirá querido y su autoestima estará reforzada, cuando los niños saben que sus padres les defenderán y que buscarán soluciones que ellos por su inmadurez no pueden encontrar, no tendrán que estar todo el tiempo alerta y podrán desarrollarse correctamente. Así con las habilidades necesarias y la confianza en sus padres podrán aprender asertividad y empatía para defenderse por sí mismos adquiriendo herramientas necesarias para desenvolverse en sociedad. Los niños necesitan sentir el apoyo incondicional de sus padres y vivir en un ambiente seguro basado en el respeto, la buena comunicación, la empatía, la asertividad y sin violencia de ningún tipo.
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