Azotes, cachetes y nalgadas: nunca son una buena opción
Entendiendo las consecuencias a largo plazo del castigo físico y la importancia de métodos educativos más eficaces
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Hay padres que siguen defendiendo que las nalgadas, los cachetes o los azotes son necesarios para inculcar disciplina, pero la disciplina se consigue de otro modo y no pegando a un niño sólo por la frustración que pueda sentir un adulto al no saber otros métodos educativos más eficaces. Siempre se debe evitar el castigo físico, en cualquier situación. Pero, ¿por qué nunca son una buena opción?
No educan ni enseñan disciplina
Cuando un niño tiene un comportamiento inadecuado y se le intenta enseñar mediante el castigo físico que su conducta es inadecuada, el pequeño puede dejar de actuar de ese modo durante un momento, pero es muy probable que actúe de la misma forma en otra circunstancia. El castigo físico no le enseña a cómo actuar adecuadamente ni a entender por qué esa conducta no es correcta.
Además se crea un un refuerzo negativo que hará que el comportamiento pueda ser mucho peor en otras situaciones. El refuerzo positivo y los elogios son mucho más importantes y necesarios para encontrar la motivación necesaria para la repetición de la conducta adecuada. Por ejemplo si tu hijo suspende una asignatura pero se esforzó en estudiarla, no le reprimas por haber suspendido, sino elogia su estudio y dile que seguro que la próxima vez con más esfuerzo podrá tener mejores resultados.
A largo plazo tienen efectos negativos
Cualquier tipo de castigo físico en los niños nunca será una buena opción. Los azotes, cachetes y nalgadas pueden tener efectos muy negativos en el desarrollo social y emocional de los niños. Además aumenta el desarrollo negativo como retrasos en el aprendizaje, trastornos psicológicos e incluso trastornos somáticos. Nunca será una excusa el pegar a los hijos ni de la forma más leve para educar, siempre hay que usar la comunicación, la asertividad, la empatía y la paciencia para conseguir buenos resultados.
Enseñan una forma equivocada de resolución de conflictos
Cuando un padre o una madre está dando azotes, cachetes o nalgadas a su hijo, ¿qué le está enseñando? Que con violencia y agresión física se resuelven los conflictos, por lo que lo más probable es que el niño repita este tipo de acción no sólo socialmente sino también cuando tenga hijos. Los niños golpeados son más propensos a golpear a otros niños cuando surgen conflictos. El conflicto es una parte natural de la vida de cualquier persona y a cualquier edad, pero es necesario que los adultos enseñen a los niños desde el primer momento a cómo resolver los problemas sin golpear a otros. Si disciplinas a tu hijo sin violencia física estarás reforzando esta lección y moldeándole para una forma acertada de resolver conflictos. Recuerda que la violencia sólo llama a más violencia.
Nunca podrán ser una buena opción
Además y por si fuera poco, este tipo de castigos físicos están asociados con los trastornos del estado de ánimo, con problemas de ansiedad en los pequeños, con conductas agresivas y con abuso de sustancias en los adolescentes. Es necesario que los padres se conciencien de esto para que no usen el castigo físico en ninguna situación, ni siquiera de forma leve. Hay formas mucho más efectivas de disciplinar a los hijos. El respeto hacia tus hijos siempre será el primer paso para una buena educación, y el castigo físico o verbal siempre será considerado maltrato infantil.
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