Familia

Las ayudas a las nuevas madres que NO sirven para nada

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Ayudas para nuevas madres
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Ser madre no es nada fácil, pero esto nadie te lo cuenta cuando quieres ser madre o cuando estás embarazada. Cuando eres madre de un niño o una niña nadie te dice que tener dos lo cambia todo, o que tener tres es toda una odisea. Pero así es y si miras hacia atrás seguirías por el mismo camino una y otra vez, porque tus hijos son tu vida… Por muy difícil que sea a veces.

Si fuiste madre es probable que recuerdes momentos en los que te sentías llena de felicidad, llena de alegría y de amor, pero al mismo tiempo estabas realmente agotada, sin ayudas que realmente merecían la pena y con sentimientos que en ocasiones se contradecían y que encima a veces, te hacían sentir culpable. El postparto es cansado pero también es un momento mágico para compartir con los hijos recién nacidos, para darles amor, tocarles y saber que son las criaturas más perfectas que existen.

La ayuda que realmente no sirve para nada

Los amigos que te llevan un regalo pero quieren un café

Está claro que en ocasiones las ayudas que llegan son del todo bienintencionadas, pero a veces, hay que sonreír, dar las gracias y negar esa ayuda que incluso, puede cansarte más que ayudarte realmente. Por ejemplo, si estás en casa cansada y vienen familiares a visitarte… La casa estará hecha un desastre y no habrás tenido tiempo de ir a la compra para poder ofrecerles un aperitivo, esa es la realidad. No ayuda que los amigos o familiares vayan a tu hogar a visitarte si no llevan aperitivos o incluso si no se ofrecen a limpiar un poco el salón.

Cuando una madre acaba de tener un bebé lo último que quiere hacer (y sus energías tampoco se lo permiten) son las tareas domésticas. La ayuda de familiares y amigos no debe ser llegar a casa y no ofrecerse a hacer cosas por la reciente mamá. Tampoco es buena idea dar consejos sobre lactancia o crianza sin que la madre lo solicite expresamente. Puede sentar mal.

Y lo peor es cuando llaman a tu puerta, ¡sin avisar! Eso con un bebé recién nacido está totalmente prohibido hacerlo. No es una alegría, es un trastorno para la madre y para el bebé. Además, si esa visita no tiene ánimo de ayudar entonces mejor que no venga. Una madre cansada no necesita que le traigas un regalito a su bebé y que te sientes en su sillón a esperar a que te sirva un café con pastas. De verdad, eso no lo necesita para nada. Puedes llevar regalito, y de paso la merienda también.

Cuando un bebé llora y te juzgan por eso

Cuando un bebé está llorando y alguien se lo dice a la madre y encima la juzgan por eso, esto no ayuda en absoluto, es más, irrita. El bebé puede llorar por muchos motivos y la madre no es la culpable de eso. Un bebé llora porque es su forma de comunicarse con su madre y con el entorno para avisar que tiene algunas necesidades básicas que se deben cumplir como por ejemplo: hambre, sueño, gases, etc. Pero decir comentarios del tipo: ‘Seguro que tiene hambre porque no tienes bastante leche’, ‘¿Por qué le das biberón? Seguro que prefiere teta’, ‘¿Seguro que sabes cómo ayudar a tu bebé a expulsar los gases? Está demasiado llorón’, etc. No ayudan para nada.

Consejos bien intencionados que no sirven para nada

Tampoco ayuda que te de consejos bien intencionados (pero no solicitados ni tampoco acertados en muchas ocasiones), donde te dicen cómo deberías establecer un mejor vínculo con tu bebé. Tu instinto materno es el único que realmente te dirá cuál es la mejor forma de establecer el vínculo con tu bebé. Si prefieres darle teta o un chupete para que se calme, si le alimentarás con lactancia materna o con leche de fórmula, si lo llevarás en portabebés o en carrito de paseo, si quieres que duerma contigo o si prefieres que esté en su cuna, que deberías dejarle llorar (nunca hay que dejar llorar a un bebé)… Todas las decisiones que tomes deberán ser respetadas por tu entorno, no permitas que te juzguen por las decisiones que tomas solo porque otras personas discrepen en tu forma de actuar.

nuevas madres

Decirle a una madre que está cansada

Otra cosa que no ayuda en absoluto y que además puede sentar realmente mal es que le digas a una madre cosas que ya sabe: estás muy cansada, tienes mala cara, seguro que no duermes apenas, aún tienes barriga de embarazada, como no hagas ejercicios se te va a quedar esa barriga para siempre, etc. De verdad, estos comentarios no sirven para nada. ¿Y si resaltas los aspectos positivos en lugar de los negativos?

Otra cosa que puede sentar mal es que una visita o invitado coja al bebé sin permiso (y sin tener en cuenta si está durmiendo o recién comido), solo para que tú puedas descansar porque estás ‘demasiado cansada’. Pero es que igual ese momento no es el adecuado. Pregunta cuándo quiere un descanso y entonces, en ese instante, ayuda a la madre a tenerlo.

Cuando las amigas te critican por no ser la de antes

También puede sentar mal que juzgues a una madre porque no está igual de disponible que antes de serlo. ‘Amigas’ que te juzgan porque no contestas al teléfono o se enfadan porque no eres atenta con ellas o no tanto como antes. Estas amigas que tanto critican pero que no te ayudan, no merecen estar en tu lista de prioridades. Tu vida ha cambiado, y tus amistades poco a poco también lo harán.

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