Cómo ayudar a que los niños superen el luto
Ayuda a tus hijos a afrontar los momentos de duelo
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Cuando alguien querido fallece para siempre puede ser difícil de asimilar y de superar. Pero si para los adultos puede ser todo un problema emocional, para los niños aún puede ser más complicado. A los niños les puede costar manejar el dolor, ellos lo hacen de forma diferente a cómo lo hacemos los adultos pero su dolor no es menos real o doloroso.
Al igual que nos sucede a los adultos, los niños reaccionan de forma diferente a la muerte de las personas queridas, aunque existen algunos patrones de comportamiento que pueden ser comunes. Un niño podría hacer una regresión y volver a una etapa temprana del desarrollo, como por ejemplo empezar a hacerse pipí en la cama. Podría tener cambios de humor constantes, estar irritable e incluso parecer insensible. Los niños necesitan que los adultos les ayuden a trabajar su dolor usando actividades terapéuticas.
El duelo y la edad de los niños
Los procesos de duelo son diferentes dependiendo de la etapa de desarrollo psicológico en la que se encuentre un niño. Siguiendo la teoría de Jean Piaget, divide el desarrollo cognitivo en cuatro etapas:
- Etapa sensorio motora o sensoriomotriz. Los niños obtienen el conocimiento a partir de la interacción física y directa del entorno inmediato. En esta etapa no son capaces de entender la muerte porque están aprendiendo aún lo básico.
- La etapa preoperacional. Los niños de esta etapa tienen entre 2 y 7 años, son egocéntricos y pueden no ser capaces de diferenciar entre los pensamientos y las acciones. A menudo son incapaces de separar la realidad de la fantasía por lo que no comprenden fácilmente la finalidad de la muerte.
- La etapa de operaciones concretas. Los niños de esta etapa tienen entre 7 y 11 años. Son pensadores literales que entienden la muerte y saben que es definitiva e irreversible pero pueden creer que toma diferentes formas (fantasmas).
- Etapa final. Alrededor de los 11 años los niños entran en la etapa final, del pensamiento operacional formal. En este punto, comenzarán a conceptualizar los significados abstractos y filosóficos de la muerte.
A medida que los niños evolucionan a través de las etapas de desarrollo, los procesos de duelo cambian. Podrían preguntarte cuándo la persona volverá, cómo afectará eso a su vida o querrán discutir las razones por las que una persona se muere joven y otras no. Es importante contestar sus preguntas de forma honesta y mantener una comunicación abierta.
Escribir una carta
Si tu hijo tiene la edad suficiente para poder escribir una carta, entonces esta actividad terapéutica es la mejor para poder ‘despedirse’ de la persona que se ha marchado para siempre. En la carta puede escribir todos sus sentimientos y todo lo que le hubiera gustado decirle y no puedo hacerlo. Es una forma de sacar el dolor a través de las palabras escritas, unas palabras que van dirigidas a la persona que ha fallecido. También puede dibujar un dibujo dedicado a la persona fallecida si no tiene la capacidad suficiente para expresar sus emociones en palabras.
Si es posible, puede guardar esa carta dentro del ataúd de la persona o si no, guardarla en un lugar donde la persona pasaba mucho tiempo en vida, como en el cajón de su mesita de noche o en un lugar especial para ambos.
Una caja de cartón
Si tu hijo siente mucha rabia y frustración porque se ha marchado esa persona querida, podéis crear y decorar una caja de cartón para después gritar en ella y destruirla. Es una forma de permitir que exprese su ira, su rabia y su dolor de forma física. Pero éste método deberá ir acompañado también de la carta o de dibujar un dibujo.
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