Cómo ayudar a un niño a aceptar los cambios
Los cambios no son fáciles de asimilar, pero todo cambio viene con crecimiento interno
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El cambio puede ser difícil para los niños, sobre todo cuando se producen graves problemas familiares como puede ser un divorcio, el nacimiento de un nuevo hermanito, etc. La vida de los niños siempre está en constante evolución y el manejo de todos estos cambios no siempre es fácil, puede ser problemático y derivar en problemas emocionales. Un niño que está pasando por cambios puede retroceder y por ejemplo, empezar a hacerse pipí en la cama de nuevo.
Cuando hay cambios en la vida de los niños, éstos pueden sufrir estrés ya que es una reacción normal a la transición. Es necesario que los padres sepan cómo actuar ante estas situaciones para que se reduzca el estrés en la vida del niño. Pero, ¿cómo conseguirlo?
Ten en cuenta los problemas emocionales
Es necesario que tengas en cuenta los cambios emocionales que pueden contribuir a los problemas emocionales o físicos de tu hijo. Un divorcio, un cambio de escuela, la muerte de un familia, el nacimiento de un hermano, la separación de los padres… son causas comunes de angustia en niños pequeños.
Moldea una actitud positiva
Es imprescindible que recuerdes que tu actitud ante los cambios resulta crucial para que tus hijos imiten esa conducta. El moldeado de una actitud positiva es necesario para el aprendizaje de tus hijos. Los niños aprenden a ser optimistas o pesimistas dependiendo de lo que ven en los adultos de referencia, y sobre todo, en sus padres.
Cuidado con los cambios excesivos
Es necesario que mantengas los otros cambios en la vida de tu hijo a un mínimo. Por ejemplo, si alguien ha muerto recientemente en la familia, intenta mantener las mismas rutinas en casa para que no sienta demasiados cambios, tampoco pienses en apuntarle a actividades extraescolares para que se distraiga si aún no ha pasado el proceso del duelo… Es posible que desees hablar con otros miembros de la familia o con los maestros para que puedan proporcionar un poco de apoyo emocional extra, así tu hijo/a podrá procesar mejor el cambio.
Involucra a tu hijo en la conversación
Es importante que involucres a tu hijo en la conversación y que hables con él para saber cómo se siente ante los cambios que se están produciendo. Mientras que los niños no necesitan saber los detalles de los problemas familiares, puedes hablar con tu hijo de una forma adecuada para ayudarle a aliviar el estrés. Por ejemplo, si estás ante un divorcio y explicas a tu hijo que tiene que pasar unos días con su padre y otros días contigo, podrás crear una sensación de seguridad.
Recuerda que no es apropiado controlar las emociones de tu hijo, si siente miedo y quiere llorar, permite que lo haga. La expresión de sus emociones es muy importante para que pueda procesar mejor el cambio.
Enseñar a los niños a ser proactivos ante el cambio
Es importante que enseñes a tus hijos a ser proactivos ante el cambio. Esto quiere decir a que le ayudes a mirar hacia adelante y que sea capaz de aceptar el cambio ante las dificultades. Por ejemplo, si tienes que cambiar de escuela a tu hijo, una idea es que vayas unos días antes a que conozca el centro y a los maestros/as que tendrá allí. Si el cambio ha sido porque ha llegado un nuevo hermanito a su vida, puedes enseñarle a qué debe hacer como nuevo hermano/a que será -como tirar los pañales sucios a la basura, vigilar al hermano cuando se lo pidas, enseñarle a hacer cosas nuevas con tu ayuda, etc-.
El cambio es inevitable en muchas ocasiones y por eso, hay que enseñar a los niños a poder afrontarlo desde que son pequeños.
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