Ayuda a tu hijo adolescente a superar una ruptura sentimental
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Para un adolescente una ruptura sentimental es un dolor muy profundo que siente que nunca podrá superar. Sentirá mucha angustia emocional que no sabrá cómo canalizar correctamente. En realidad, como padre o madre, una ruptura sentimental en tu hijo adolescente te da la oportunidad para enseñarle a cómo enfrentarse a este dolor, al rechazo, a la decepción y a esta oleada de emociones negativas. Es importante enseñarle a afrontar este tipo de rupturas para evitar que se sienta aún peor a medida que pasen los días.
Valida las emociones
El primer paso es validar las emociones de tu hijo/a adolescente… aunque tú sabías que no sería una relación para toda la vida, quizá tu adolescente pensó que sí lo era. Respeta sus emociones y hazle ver que entiendes que es difícil para él o ella, que es normal que se sienta triste. Evita frases del tipo: ‘esto no es un problema grave realmente’.
Apoya sus decisiones
Quizá sea tu hijo/a adolescente quien haya decidido dejar la relación con su pareja, pero esto no significa que no vaya a sufrir también. Aunque te guste su pareja no intentes disuadirle de su decisión, deja que sea su elección.
Encontrad el punto medio
Quizá tu primera reacción es decirle frases tranquilizadoras, pero estas frases ‘clichés’ no siempre son la mejor opción. Frases del tipo: ‘hay muchos peces en el mar’, es mejor dejarlas apartadas. Como adulto sabes que la vida continúa cuando acaba una relación, pero tu hijo/a adolescente no tiene esta visión retrospectiva. Necesita tu esperanza hacia el futuro para saber que no se sentirá así para siempre, aunque es necesario que acepte sus emociones incómodas, debe pasar por el proceso de duelo.
Escucha todo lo que tiene que decirte
Cuando tu hijo/a adolescente te hable, no le interrumpas con tus opiniones. Necesita tiempo para expresar su frustración, la confusión y todas esas emociones intensas… sin que nadie enturbie sus pensamientos.
Anímale a que se abra a ti, pero recuerda que es normal que quizá no quiera hablar contigo de su vida amorosa. Por lo que, también puedes animarle a invitar a sus amigos a casa para que tenga a alguien de confianza con quien pueda compartir sus pensamientos de una forma cómoda.
La tecnología…
Estamos en la era de las redes sociales por lo que los adolescentes se apresuran para actualizar su estado sentimental. Es importante mantener una conversación sobre el tiempo que debe esperar (unas semanas como mínimo) después de la separación para que no publique nada de lo que quizá después se pueda arrepentir. Es necesario explicarle cómo se maneja de forma respetuosa la ruptura sentimental y necesitará tu guía para tomar las decisiones correctas respecto a la información que quiera compartir con los demás.
Distracciones y rutina
No hay nada mejor para estar bien que tener una distracción que evite que tu hijo/a adolescente tenga pensamientos no deseados. Podéis salir a pasear, ir al cine, salir a cenar, ir de compras… Piensa cuáles son las actividades que más disfruta y después prográmalas para hacerlas en familia. Aleja a tu hijo/a de las redes sociales y que recuerde que tiene una gran vida aunque no tenga novio/a.
Las rutinas también son imprescindibles después de las distracciones. Las tareas académicas, las tareas domésticas, las salidas familiares y el deporte deben seguir sus horarios. Quizá se deban hacer algunas modificaciones pero por lo general, es necesario mantener la vida lo más normal posible.
Montaña rusa de emociones
Después de los primeros días de dramas, es normal que tu hijo/a comience a calmarse aunque de vez en cuando tenga un mal día. Tu hijo adolescente podrá pasar por fases en la que se sentirá mejor al final del día y otras en las que llorará desconsoladamente. No te sorprendas si pasa por diferentes fases antes de que su ánimo se calme del todo.
Busca ayuda
Si ves que las cosas comienzan a ponerse demasiado complicadas, entonces no dudes en acudir a un profesional para que ayude a tu hijo/a adolescente a lidiar con la separación. Un terapeuta puede ser una gran idea en las semanas posteriores a la ruptura. Esto es especialmente importante si notas señales de depresión, si muestra problemas para comer o si tiene dificultades para dormir con normalidad.
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