Área Panorámica del Tibidabo
Visitar con niños el Área Panorámica del Tibidabo es una idea estupenda
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En Barcelona hay muchos lugares mágicos para disfrutar en familia, uno de ellos es el Área Panorámica (antes Camí del Cel), el nivel superior del parque de atracciones Tibidabo, en Collserola. Este sitio que sedujo al mismísimo Woody Allen también os permitirá pasar un día único y divertido.
De hecho, podréis disfrutar de la naturaleza sin gastar ni un duro pues subir al Tibidabo ya es de por sí una aventura. Y no es para menos porque a 500 metros de altura se disfrutan de unas vistas estupendas de la ciudad. Una vez en la cima, podéis retar a los peques a que identifiquen los edificios más emblemáticos de la urbe.
También podéis llevar una merienda preparada ya que al lado del Edifici Cel hay un área de picnic con una capacidad para unas 300 personas. Luego podréis disfrutar de los toboganes gigantes, que cuentan con varios desniveles, tapados y destapados. Y cuando os aburráis, emprended la marcha porque aún tendréis por delante mucho bosque por descubrir.
Atracciones aptas para todas las edades
El Parque de atracciones Tibidabo no solo es uno de los sitios más emblemáticos de Barcelona sino también uno de los parques más antiguos del mundo. Os aguardan más de 25 atracciones aptas para todas las edades, además de espectáculos y animación itinerante.
Algunas de las atracciones más icónicas del parque se encuentran precisamente en el Área Panorámica, un paseo único. Podéis comprar un ticket individual de 2 euros por atracción, que se adquiere directamente en las taquillas o máquinas del parque, u optar por las pulseras para niños y adultos que brindan acceso a todas las atracciones del parque, todas las veces que os apetezca subir.
De esta forma podréis subir a una de las atracciones más antigua, la Atalaya, que data del año 1921 y desde donde podréis disfrutar de unas vistas que quitan el aliento. También podréis disfrutar de la que probablemente sea la atracción más emblemática del parque: el Avión. De hecho, se trata del primer simulador de vuelo de la historia, propulsado por su propia hélice y construido en el lejano 1928, por lo que al subiros con los niños os sentiréis como auténticos pilotos. Después de tantas emociones por los aires, quizá os apetezca algo más tranquilo, en cuyo caso el Carrusel os transportará a un auténtico cuento de hadas.
También amerita una visita el Museo de los Autómatas, donde encontraréis más de 40 piezas de los siglos XIX y XX. En sus instalaciones podréis ver los antiguos muñecos que funcionaban con monedas o fichas que había en las ferias de Europa. También hay juguetes mecánicos de otras épocas perfectamente conservados, para que los niños puedan imaginar cómo jugaban sus coetáneos.
Además de los juguetes y los autómatas, en el museo también hay maquetas relacionadas con el parque de atracciones que se pueden poner en marcha pulsando un botón y que dejarán boquiabiertos a los niños. Podréis ver la Estación de Esquí de 1951 que fue construida en los talleres del Tibidabo, con sus patinadores o con la telesilla funcionando, la montaña rusa de un parque de atracciones y el funicular del Tibidabo, fabricado en 1941, que también se puede poner en marcha.
¿Dónde reponer fuerzas?
A lo largo del Área Panorámica encontraréis diferentes opciones gastronómicas. En el mirador del nivel 6 del parque podréis disfrutar de bocadillos de jamón ibérico, queso, cucuruchos de fuet y dados de jamón. También hay una churrería, justo al lado de la Atalaya. Y si tenéis mucha hambre os aguarda el Restaurante La Masia en la la Plaza Tibidabo, donde podréis degustar ensaladas, tapas y bocadillos.
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