Educar con amor: La clave para estimular el desarrollo cerebral de los niños
Descubre cómo el amor estimula el desarrollo cognitivo de los niños
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Desde que el niño nace necesita el amor y la seguridad que le brindan sus padres. Se trata de un mecanismo natural de apego que no solo garantiza la satisfacción de sus necesidades vitales sino que también estimula su desarrollo emocional. De hecho, se ha demostrado que los niños que crecen en un entorno familiar donde prevalece el amor, el apego y la confianza tienen mayor seguridad en sí mismos, una autoestima más elevada y se adaptan mejor a las circunstancias cambiantes del medio.
Una investigación realizada en la University of Guelph desveló que los niños cuyos padres les expresan su amor a diario a través de besos y abrazos y se involucran con frecuencia en sus vidas desarrollan una mayor capacidad cognitiva y tienen un mejor rendimiento académico y más éxito en el ámbito escolar que los pequeños cuyos padres pasan poco tiempo con ellos.
Otros estudios también han encontrado que los niños cuyos padres les expresan continuamente su cariño y les dedican tiempo de calidad son menos propensos a mostrar agresividad u otras alteraciones de la conducta. Asimismo, tienen una mayor resistencia al estrés y la depresión, toleran mejor la frustración y desarrollan mejores habilidades para resolver problemas.
Ahora un nuevo estudio ha arrojado nuevas luces sobre este fenómeno, poniendo de manifiesto la verdadera razón por la cual el cariño de los padres es tan beneficioso para el desarrollo cerebral y cognitivo de los pequeños.
¿Cómo el amor y apego de los padres beneficia el desarrollo cognitivo y cerebral de los niños?
La investigación, realizada por expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis, Estados Unidos, analizó a través de resonancias magnéticas el desarrollo cerebral de 127 niños desde la edad preescolar hasta el inicio de la adolescencia. Los investigadores encontraron que los pequeños que habían mantenido una relación más estrecha y afectuosa con sus madres durante los primeros años del desarrollo presentaban un crecimiento un 10% mayor del hipocampo, una región cerebral que, entre otras funciones, interviene en los procesos de aprendizaje y memoria, en la respuesta ante el estrés y en la gestión de las emociones.
Los expertos explicaron que los beneficios suelen ser mayores y más evidentes si los niños disfrutan del amor y el apego de sus padres durante los tres primeros años de vida, una etapa crucial para el desarrollo emocional y la formación de la personalidad y la autoestima. A partir de los cuatro o cinco años, si bien es cierto que el amor sigue siendo fundamental para el desarrollo infantil, la influencia del vínculo afectivo con los padres en su desarrollo emocional y cognitivo disminuye debido a que algunas de las características de su personalidad ya han comenzado a perfilarse y la plasticidad cerebral se ha reducido.
Tres claves para educar a tu hijo en un entorno de amor y confianza
- Dedícale tiempo de calidad a diario. Es importante que pases momentos especiales con tu hijo, no solo en las fechas significativas sino a diario ya que son los pequeños momentos los que marcan la diferencia. Esos momentos que le dedicáis a hablar sobre cómo le ha ido en el colegio o los cuentes que le lees antes de dormir son invaluables para el desarrollo infantil.
- Demuéstrale que le quieres. No te canses nunca de decirle a tu hijo cuánto le quieres. Los besos y los abrazos deben ser pan cotidiano en el hogar, aunque eso no significa que tengas que consentirlo, dejarle hacer todo lo que quiera o sobreprotegerlo. Dejarle espacio para que desarrolle su autonomía y ponerle límites también es una forma de expresar el amor.
- Escúchale siempre. Mantener una comunicación abierta y fluida con tu hijo es una de las mejores formas para demostrarle cuánto te importa. Además, es fundamental para fortalecer vuestra relación emocional. Un niño que se siente comprendido y tiene confianza para hablar con sus padres se convertirá en una persona madura emocionalmente, capaz de mantener relaciones interpersonales desarrolladoras.
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