¿Cómo ahorrar dinero para los estudios de tus hijos?
Es importante ahorrar dinero desde ya para la educación de los niños
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Los hijos son una enorme fuente de alegría y satisfacción, pero también implican una gran responsabilidad que se extiende al plano económico. De hecho, uno de los mayores costes que tendrás que afrontar es el de su educación. Solo el inicio del curso escolar supone el desembolso de unos 1.212 euros, según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Obviamente, mientras más oportunidades educativas quieras ofrecer a tus hijos, mayor será ese gasto. En estos casos, la mejor solución consiste en contar con un colchón económico para asegurarles un buen futuro. Y la clave para sacarle el máximo provecho a esos ahorros es elegir el instrumento financiero adecuado.
Cinco instrumentos de ahorro financiero para garantizar la educación de tus hijos
1. Cuentas de ahorro infantil
La mayoría de los padres, cuando piensan en crear un colchón económico para la educación de sus hijos, abren una cuenta de ahorro infantil. Sin duda, se trata de un buen instrumento de ahorro al que puedes recurrir ya que estas cuentas no suelen aplicar comisiones por administración y mantenimiento, además de estar asociadas a promociones o regalos para los niños.
Sin embargo, es importante que tengas en cuenta que este tipo de cuentas suelen ser una buena opción a corto, si quieres ahorrar para enviar a tus hijos a un curso de verano en el extranjero, por ejemplo, ya que su rentabilidad suele ser menor que el IPC, lo cual significa que cuando el IPC aumente con el paso de los años tus ahorros perderán valor.
Aun así, existen cuentas de ahorro con las que puedes conseguir un 2,5% TAE de rentabilidad anual, pudiendo disponer de ese dinero cuando lo necesites. Por eso es tan importante comparar entre distintas herramientas financieras para poder elegir la que mejor se adapte a tus circunstancias.
2. Depósitos garantizados
Se trata de uno de los planes de ahorro más comunes en España, aunque en los últimos años ha disminuido bastante su rentabilidad. A pesar de ello, hay depósitos en el mercado con un 3% TAE de rentabilidad fija anual, lo cual es muy interesante puesto que podrás superar el efecto negativo del IPC (2,12% de media en los últimos 20 años) y te servirá para ahorrar a medio plazo.
Ten en cuenta que el dinero que tengas en el depósito no podrás tocarlo durante el plazo que dure este producto, que suele ser de un año, pero puede ser mayor. Igualmente, a mayor duración del plazo, mayor rentabilidad.
3. Seguros de ahorro (PIAS)
Esta es otra opción de ahorro que debes considerar para cubrir la educación de tus hijos ya que estos seguros suelen ofrecer tipos de interés más atractivos que los depósitos bancarios, pudiendo llegar a más de un 9% de rentabilidad anualizada.
En concreto, debes fijarte en los PIAS (Plan Individual de Ahorro Sistemático), puesto que aúnan varias características que los hacen muy interesantes:
- Son líquidos (puedes tocar el dinero) a partir del mes 13.
- El dinero que aportas no paga impuestos. Sólo tributan los beneficios, pero incluso existe la posibilidad de rescatar todo sin pagar nada de impuestos.
- Son inembargables por ley. No importa si tienes deudas con Hacienda, Seguridad Social, el banco… Nadie puede tocar ese dinero.
- Los mejores PIAS trabajan con carteras de fondos de inversión, teniendo una diversificación mucho mayor y consiguiendo muy buenas rentabilidades a medio/largo plazo.
Con este tipo de producto financiero, puedes ir ahorrando poco a poco mensualmente y hacer que tu dinero genere la máxima rentabilidad posible. Y al trabajar a través de aseguradoras, tienes la tranquilidad de la seguridad de la gestión y que tu dinero (capital más beneficios) está blindado en caso de quiebre de la aseguradora por el Consorcio de Compensación de Seguros.
4. Unit-linked de prima única
Estos productos son la versión vitaminada de los depósitos. Es decir, al igual que los depósitos, aportas una cantidad de dinero al momento de contratarlo, pero por el contrario, el plazo del producto no está restringido a un mínimo de tiempo, sino que puedes tocar el dinero cuando quieras. Pero es mejor utilizarlos para el medio plazo (4-5 años) y dejar que el producto tenga tiempo para generar una buena rentabilidad.
Además, normalmente estos productos funcionan a través de fondos de inversión, y los mejores con una cartera de varios fondos, lo que hace que tus ahorros estén diversificados a nivel mundial. Y también tienes la tranquilidad de trabajar a través de aseguradoras, que te dan un plus de seguridad mayor que si entras directamente en los fondos de inversión.
Al igual que los PIAS, en estos productos sólo pagarás impuestos por los beneficios obtenidos, lo cual es una ventaja fiscal muy interesante.
5. Fondos de inversión
Este instrumento financiero funciona mediante la participación en determinados activos gestionados por un equipo de inversores profesionales. Es una opción de ahorro que te permite obtener cierta rentabilidad desde una cuantía mínima.
Debes saber que los fondos de inversión se componen de una cartera de títulos, plazos, rentabilidades y volatilidades que varían en cuanto a su nivel de riesgo, por lo que no existe una rentabilidad garantizada e incluso podrías perder parte del capital. No obstante, cuentan con un tratamiento fiscal muy ventajoso ya que están exentos de tributación hasta su reembolso, que puedes solicitar en cualquier momento.
Cada fondo tiene una clasificación en función de su diversificación por sectores, por países y su comportamiento en los últimos años. No todos los fondos de inversión son iguales. Por eso es importante que te informes bien de la evolución del fondo en los últimos años antes de entrar en él.
Lo ideal es tener una cartera de fondos (varios de ellos) que te ayuden a diversificar mejor tus ahorros y que compenses tu planificación financiera de manera correcta. Y sobre todo, son productos para utilizar a medio/largo plazo. Nunca a corto plazo.
En cualquier caso, existen asesorías que pueden ayudarte a elegir el instrumento financiero más adecuado que te permita ahorrar dinero para la educación de tus hijos. Si te preocupa su futuro, puedes solicitar una sesión de planificación financiera (en ocasiones gratuita) en la que un profesional analizará tus finanzas y objetivos económicos para brindarte un plan de acción personalizado.
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