Agresividad infantil: Causas de conducta agresiva en los niños y estrategias para controlarla
Detrás de un niño agresivo siempre hay una causa y también una solución
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Cada vez son más los padres que acuden a las consultas de Psicología en la búsqueda de una solución para las conductas agresivas de sus hijos. Las quejas más frecuentes se refieren a un comportamiento rebelde y manipulador. Sin embargo, se trata de un problema al que hay que ponerle coto cuanto antes ya que lo que comienza con una agresividad ante situaciones puntuales, puede convertirse en un trastorno negativista desafiante. De hecho, se trata de una alteración muy común, según los datos de la Sociedad de Pediatría, en España el 15% de los niños menores de 16 años la padece.
Sin embargo, se debe puntualizar que la conducta agresiva en los niños no comienza de manera repentina sino que obedece a causas específicas, algunas son de carácter interno, otras se deben a la influencia del medio.
Causas externas e internas de la agresividad infantil
Causas externas
John B. Watson, uno de los padres de la Psicología conductista, afirmaba: “Dadme una docena de niños sanos para que los eduque, y me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo – médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón”. Por supuesto, se trata de una afirmación exagerada pero hoy conocemos que los factores externos desempeñan un rol importante en el desarrollo de la personalidad del niño y, por supuesto, pueden incidir en la agresividad.
- Disciplina familiar. La familia es el primer y más importante grupo social en el que el niño se inserta y en el cual aprende las normas básicas de convivencia. Por tanto, la disciplina que apliquen los padres, juega un papel importante en la expresión de la agresividad. De hecho, se conoce que una educación poco exigente o, por el contrario, demasiado rígida u hostil, fomentan el comportamiento agresivo en el niño.
- Modelos de conducta. Otro factor importantísimo que incide en la expresión de la agresividad son los patrones de conducta que el niño recibe, sobre todo de sus padres. Es lo que se conoce como modelación y se refiere al proceso de imitación de las conductas que el pequeño ve en su entorno. De esta manera, si los padres o demás referentes sociales mantienen una conducta hostil o agresiva, el niño comprenderá que este modelo es adecuado y repetirá esos mismos patrones de respuesta negativos.
- Incongruencia educativa. Otro elemento que influye en la agresividad es la incongruencia educativa. Esa incongruencia se manifiesta cuando los padres desaprueban la actitud hostil pero la castigan con otra conducta hostil o amenazante, o cuando una misma conducta agresiva a veces es castigada y otras veces ignorada. Asimismo, el desacuerdo entre los padres en lo que respecta a las normas educativas, es otra forma de incongruencia que puede promover la agresividad infantil.
Causas internas
La agresividad no solo está provocada por factores externos, también existen causas internas, esa es la razón por la cual algunos niños, aunque crezcan en entornos hostiles o en familias desestructuradas, no siempre responden con violencia.
- Factores orgánicos. No son pocos los casos de agresividad infantil que sientan sus bases en problemas de índole orgánica, como las alteraciones hormonales o incluso deficiencias nutricionales. También pueden estar implicados factores más complejos, como las alteraciones en algunos de los mecanismos cerebrales, sobre todo en los lóbulos frontales, que son los que regulan el comportamiento. Además, en las personas con tendencia a la agresividad, se han encontrado niveles anormalmente bajos de serotonina, un neurotransmisor implicado en el manejo de las emociones.
- Déficit de habilidades sociales. Las habilidades sociales son las que nos permiten insertarnos en la vida social desde una postura tolerante, flexible y abierta. Sin embargo, todos los niños no son capaces de desarrollar estas habilidades, lo cual puede desencadenar una tendencia a responder de manera agresiva. De hecho, se ha apreciado que la ausencia de estrategias sociales para enfrentar la frustración o el estrés a menudo es una causa de agresión y hostilidad.
5 estrategias para controlar la agresividad infantil
- Fomenta el diálogo emocional. Hazle notar sus emociones, ponles un nombre y pídele que te hable sobre cómo se siente. Identificar las emociones y hablar sobre sus sentimientos fomenta la autorregulación emocional.
- Enfatiza las consecuencias. Hazle comprender que sus conductas tienen consecuencias negativas en las otras personas y que puede lastimarlas, no solo a nivel físico sino también psicológico.
- Refuerza las relaciones de amor. No respondas con agresividad e impulsividad, promueve relaciones donde prime el amor, la comprensión y la serenidad. Recuerda que los padres son el principal modelo a seguir por parte del niño.
- Potencia la reflexión. Ayúdale a encontrar otras respuestas ante los conflictos, enséñale soluciones de afrontamiento más asertivas para relacionarse con los demás.
- Mantén un estilo educativo firme. Es importante evitar el autoritarismo, así como la permisividad extrema. Tu hijo debe saber que existen normas y se deben cumplir pero que, a la vez, en algunas áreas hay espacio para el diálogo y la flexibilidad.
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