Cómo afecta el estrés tóxico a los niños
El estrés tóxico puede causar serios problemas
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En Etapa Infantil te hemos hablado sobre qué es el estrés tóxico en la vida de los niños, pero ahora quiero hablarte sobre cómo puede afectar éste estrés en los pequeños. En muchas ocasiones los padres no nos damos cuenta de cómo nuestros hijos pueden sentir estrés, pero es necesario que empecemos a saber cómo puede afectarle para que así, tomemos conciencia y seamos capaces de reducir el ritmo de vida que llevamos.
A continuación quiero explicarte algunas de las formas en las que el estrés tóxico puede afectar a los niños tanto física como mentalmente. El grado de estrés tóxico que existe en los niños puede causar daños porque depende de diferentes cosas, incluyendo la genética, la disponibilidad de al menos una relación fuerte y amorosa que actúe como amortiguador y los factores de estilo de vida que pueden fortalecer el cerebro contra el asalto del estrés tóxico.
Aprendizaje, memoria y atención
La experiencia de la pobreza crónica, negligencia o el abuso físico en niños parece que provoca un cambio en la amígdala del hipocampo. Estas son las partes del cerebro que son vitales para el aprendizaje, la memoria y el estrés, así como en el procesamiento de la emoción.
Un cerebro que está en desarrollo está fortaleciendo las conexiones todo el tiempo y por eso, es particularmente vulnerable al estrés tóxico. Con estrés tóxico se abren nuevas conexiones mientras se reducen las que ya están formadas. Esto debilitará la base sobre la que se construirá el aprendizaje, el comportamiento y la salud.
Vulnerabilidad a la adicción
La adicción es una forma de distraer la atención del dolor emocional para evitar que se sientan las emociones dolorosas. El comportamiento adictivo puede proporcionar un alivio temporal del dolor físico pero puede llevar al límite el dolor emocional o psicológico. Existen investigaciones que muestran fuertes vínculos entre el estrés tóxico y las conductas adictivas, incluyendo el uso excesivo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas.
Hipersensibilidad a las posibles amenazas
La experiencia cambia el cerebro. Cuando la respuesta a la amenaza se activa continuamente, tanto los adultos como los niños desarrollarán una hipersensibilidad a lo que les causa tensión o malestar. Esto hará que los niños tengan tendencia a malinterpretar las situaciones ambiguas o no amenazantes como una amenaza habiendo una mayor probabilidad de percibir ira u hostilidad del exterior aunque no exista. Esto significará estar siempre en constante estado de alerta máxima aunque no exista una amenaza real.
Aumento de la respuesta al estrés en la vida adulta
Existen investigaciones que han encontrado que cuando los adultos han estado mucho tiempo en un ambiente abusivo, puede haber una mayor tendencia a tener problemas cotidianos -cuando se conduce, discusiones, decepciones, etc- que también desencadenarán respuestas de estrés elevado. Esto causará problemas en las relaciones interpersonales y minará su salud física y mental. Aunque realmente el abuso y las situaciones estresantes no tienen por qué ser excesivamente graves para que tengan efectos negativos.
Cambios en el ADN que persiste a través de generaciones
Existen investigaciones que demuestran que el estrés tóxico puede cambiar el cerebro de manera que puede ser heredado, creando potencialmente vulnerabilidades dentro de las generaciones siguientes, independientemente de que éstas generaciones estén expuestas a estrés tóxico o no.
Mayor probabilidad de enfermedad mental
En un estudio se encontró que las personas con un historial de estrés crónico durante la infancia tenían el doble de probabilidad de depresión en la edad adulta. Por supuesto, no todos los casos de depresión tienen estrés crónico en su infancia, pero el estrés crónico puede crear la vulnerabilidad. Una de las razones para que esto ocurra es la indefensión aprendida.
Además, también puede haber más riesgo para sufrir enfermedades físicas, tener un sistema inmune debilitado, a tener dolores de cabeza o migrañas…
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