Adolescentes: consigue que te escuchen cuando les hablas
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Es posible que cuando miras a los ojos de tu hijo adolescente aún recuerdes a ese niño pequeño que te contaba todo lo que le ocurría y cómo sus palabras estaban cargadas de amor hacia ti. Ahora, en la adolescencia es probable que lo que más te encuentres sea un adolescente que se gira y te ignora como una forma de arte y que se acerca a ti solo cuando quiere o necesita algo. No es fácil conseguir que tus hijos adolescentes te escuchen cuando les hablas, pero se puede lograr.
Cuando los niños tienen 7 y 8 años aún no son preadolescentes pero ya comienzan a experimentar una creciente sensación de control sobre sus vidas, se concentran en su mundo exterior y también en las cosas que le satisfacen o les hace sentir bien. Algo que sin duda seguirá siendo muy importante a medida que vayan creciendo y lleguen a la adolescencia, una etapa de nuevo egocéntrica pero donde las amistades son lo más importante. Los adolescentes parece que tengan una sordera selectiva para poner a prueba los límites de su creciente independencia.
Presiones y responsabilidades
Los niños en la adolescencia pasan gran parte del día en el centro educativo y no paran de seguir las instrucciones del adulto todo el tiempo. Los centros educativos son exigentes por lo que tendrán menos oportunidades de poder ser ellos mismos y esto puede ocasionarles estrés y no podrán ejercer sus propias decisiones de forma habitual, o al menos, no tanto cómo a ellos les gustaría.
Los adolescentes se sienten más seguros en casa, porque es el lugar donde pueden afirmarse y tomar el tiempo necesario para relajarse, a menudo, la forma de hacer las cosas y la forma de actuar depende de sus emociones. Sin embargo, se puede recuperar el control y que tu hijo te escuche sin perder la voz del adulto y hablando desde la calma para que sean capaces de escuchar el consejo sin tener que hacerlo a través de un megáfono.
Formas de conseguir que tu hijo adolescente te escuche
Pon perspectiva
Gritar para llamar la atención de tu hijo no hará que te escuche más o menos. En su lugar, es necesario dar un paso hacia atrás y reconocer que tu hijo no intenta hacerte daño ni tampoco pasar de ti, él solo está actuando acorde a su edad. Es necesario trabajar en una estrategia mejor. Si tienes que decirle algo importante a tu hijo, evita los momentos en los que está pegado a la pantalla. Además, una vez que hayas dicho las cosas dile que repita lo que has dicho o las instrucciones, así le estarás ayudando a recordar lo que tiene que hacer.
Muestra tu presencia
Como bien sabrás es fácil para tus hijos adolescentes hacer caso omiso de lo que dices. Pero aún es mucho más complicado bloquear el pensamiento de otras maneras. Para que te escuche, a veces, un simple toque en el hombro es suficiente para que ajuste su atención a lo que estás diciendo. También puedes llamar su atención hablándole con un buen sentido del humor.
No seas un eco
Es muy importante que evites ser un eco porque además de que no sirve, solo conseguirás dolores de garganta. Repetir una y otra vez solo conseguirá que tu hijo/a deje de escuchar lo que dices porque comience a pensar que no es importante. Puedes sentarte a su lado y decirle que le dirás las cosas una vez y si no responde debidamente habrán consecuencias (previamente pactadas).
Por ejemplo, puedes decir que vas a poner el temporizador durante 3 minutos y que después de eso tendrá que apagar la televisión y doblar la ropa, por ejemplo. En cambio también puedes utilizar la recompensa: Si acabas todas tus tareas escolares y también domésticas, podrás usar el ordenador 15 minutos antes de la cena.
Y por supuesto recuerda, que si quieres que tu hijo te escuche, deberás escucharle también siempre que tenga algo que decirte.
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