Adolescentes y clases de verano, ¿buena combinación?
[mashshare icons=»1″]
Parece que las clases de verano están destinadas sobre todo a niños de escolarización primaria, pero cuando se trata de secundaria, los adolescentes prefieren descansar cuando llegan las vacaciones estivales. En realidad, las escuelas de verano también pueden ser buenas opciones para los adolescentes, así no pierden el hábito de estudio y pueden reforzar los conocimientos que quedaron más flojos durante el curso, además de pasarlo bien con los compañeros.
Lo que está claro es que a un adolescente no se le puede obligar a ir a clases de verano si no quiere. Si lo haces, podría ir a desgana y que sus vacaciones sean una tortura para él. Si ha suspendido algunas asignaturas puedes apuntarle a una academia de refuerzo intensiva, pero si no ha suspendido pero necesita reforzar ir a las clases de verano puede ser ideal, sobre todo porque es más flexible.
Más tiempo para el aprendizaje
En las clases de verano el adolescente podrá tener más tiempo para aprender los conceptos que quedaron más bajos durante el curso escolar. El instituto suele tener un ritmo muy acelerado y muchos adolescentes no se mantienen al día por ejemplo en asignaturas como matemáticas o ciencias si no tienen un refuerzo adicional. Aunque haya aprobado las materias se necesita un pequeño apoyo para evitar problemas de interiorización de conceptos en el siguiente curso escolar.
Ambiente relajado
Las clases de verano pueden tener un enfoque diferente a lo que se le enseñó en las clases del instituto y esto, puede hacer que comprenda mejor el temario. Además, suelen tener clases más relajadas y más pequeñas. Es el ambiente de aprendizaje óptimo en el cual todos los adolescentes podrían beneficiarse, particularmente aquellos que luchan durante un año escolar regular.
Al ver que empieza a dominar el tema, puede ser una forma de que tenga confianza en sí mismos para mantener una actitud más positiva hacia la escuela en general y sobre todo, aumentar más motivación de cara al curso siguiente.
Que no vaya todo el verano
Los adolescentes también deben tener tiempo para relajarse, para disfrutar de los amigos, disfrutar de la familia y dedicar tiempo a las tareas domésticas. En este sentido, no es adecuado que los adolescentes estén todo el verano yendo a clases de refuerzo cada día y demasiadas horas, puesto que de esta manera solo le estarás agobiando e incluso, podría tener aversión a los estudios.
Cómo ayudar a tu hijo en verano
Además de apuntarle a las clases de verano, también deberás poner de tu parte para ayudarle a que se sienta mejor emocionalmente y que vea que es capaz de hacer las cosas mejor siempre que se lo proponga. Las clases de verano no tiene que verlas como un castigo, si no como una ayuda que le permita mejorar (académica y emocionalmente) de cara al curso siguiente. Además:
- Hazle saber a tu hijo que aprobar o no las asignaturas no le define como persona, ¡el mundo sigue girando para que tenga más oportunidades!
- Sus notas nunca definirán cuánto le quieres.
- Motiva a tu hijo a través del elogio cuando haga las cosas bien.
- Habla con tu hijo si ha suspendido alguna materia para encontrar entre los dos soluciones y que no vuelva a suceder.
Es necesario que los adolescentes sientan que las clases de verano realmente son una ayuda para ellos, porque solo de esta manera se podrá conseguir que aprovechen al máximo el tiempo que pasen en el aula.
Comentarios