Actividades infantiles en la playa
Disfruta de estas actividades para niños sobre el agua
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La llegada del verano es el momento perfecto para planificar un viaje a la playa con los niños, un plan estupendo para refrescarse y pasar un rato divertido en familia. Sin embargo, como los niños suelen aburrirse con facilidad, será mejor que tengas preparadas algunas actividades divertidas para hacer sobre el agua.
Cinco actividades para entretenerse en la playa
Los adultos podemos disfrutar de la playa simplemente descansando y tomando el sol. No obstante, a los niños esta perspectiva les resulta francamente aburrida porque necesitan mantenerse en movimiento y tener su mente ocupada. Por eso, te proponemos algunas actividades infantiles sobre el agua. Toma nota.
1. Aprender a surfear
La práctica del surf es una de las actividades que los niños suelen adorar, sobre todo si ya han tenido la oportunidad de ver a buenos surfistas en acción. Por supuesto, no se trata de ponerles en peligro pero si la playa tiene aguas poco profundas y no hay grandes olas, puedes comprarle una pequeña tabla de surf y dejar que se divierta haciendo sus primeras peripecias. Una vez que adquiera cierta habilidad y sepa mantener el equilibrio en la tabla, será el momento de montar sus primeras olas. En este caso, es conveniente que al menos las primeras veces lleve un chaleco salvavidas.
2. Nadar en la orilla
Nadar es un excelente ejercicio físico ya que permite desarrollar la capacidad pulmonar, así como la coordinación y la fuerza muscular. Además, para los niños es una actividad muy divertida. Eso sí, debes tomar algunas precauciones, como pedirle que no se aleje demasiado de la orilla y no dejarle sin supervisión si hay olas que puedan representar un peligro. En todo caso, recuerda que no se trata de perfeccionar la técnica, sino tan solo de que el niño se divierta. Las lecciones es mejor que las dejes para la piscina.
3. Saltar las olas
Una de las actividades en la playa más sencillas, que a la mayoría de los niños les encanta, es saltar olas. De hecho, cuando el mar está un poco agitado y no es conveniente que naden, podéis jugar a saltar sobre las olas cada vez que estas se acerquen a la orilla. También podéis jugar a dejar que las olas os lleven hasta la orilla, acostados sobre una tabla pequeña de surf. No obstante, si se trata de un niño pequeño, es conveniente que tomes algunas precauciones adicionales, como colocarle unos manguitos y elegir una zona en la que no haya grandes desniveles de arena, para evitar que una ola pueda cubrirle por completo y provocar un accidente.
4. Dar un paseo acuático
En la mayoría de las grandes playas hay diferentes servicios de alquiler, tanto de motos acuáticas como de hidropedales. Una excelente alternativa para los niños mayorcitos es alquilar una de estas embarcaciones y alejarse un poco de la costa. Si es la primera vez, para tu hijo será una experiencia inolvidable. Ten cuidado con los hidropedales que tienen toboganes ya que los niños podrían querer lanzarse en aguas demasiado profundas.
5. Esnórquel cerca de la orilla
Hay calas o playas pequeñas que ofrecen mucha intimidad pero donde no suelen haber servicios. Sin embargo, normalmente estos sitios tienen el encanto que les confiere la naturaleza, por lo que son ideales para practicar esnórquel y ver la fauna marina. Tu hijo solo necesitará unas gafas de natación, unas aletas y el esnórquel. Si el niño ya sabe nadar, esta será una oportunidad única para descubrir los tesoros que se esconden debajo del agua. De hecho, puedes pedirle que te traiga conchas de determinadas formas o colores, para después llevarlas a casa y coleccionarlas.
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