Una actitud positiva es el mejor regalo

Una actitud positiva es el mejor regalo que le puedes dar a tus hijos cada día. Cuando elogias a un niño, cuando le muestras afecto, cuando le dices que todo irá bien, que es capaz de conseguirlo y le ayudas… todo esto creará un carácter positivo en el niño. Los niños están obligados a probar sus límites, es la naturaleza humana al fin y al cabo. Pero en ocasiones, la forma de poner límites y de ponértelos a ti, es muy importante.

Una forma de tener una actitud positiva es trabajando la disciplina positiva y así tanto los padres como los hijos se podrán sentir bien, podrán estar felices y relajados. La disciplina positiva os ayudará a reforzar vuestro vínculo, a que os sintáis mucho más unidos los unos con los otros. Pero, ¿cómo es posible tener una actitud positiva con la vida tan estresante que tenernos hoy en día? Las responsabilidades nos absorben, pero debemos decidir vivir el presente para poder disfrutar del momento y que nuestros hijos, puedan también, sentirnos cerca.

Ten unas expectativas claras

La disciplina positiva comienza con expectativas claras, concisas y con conductas positivas de los padres para poder modelar la conducta adecuada en los hijos. Necesitas comunicar tus expectativas de comportamiento para tus hijos, sólo de esta manera ellos aprenderán qué es lo que deben aprender en la vida.

Por ejemplo, al entrar en una tienda dale información a tu hijo y sé un buen ejemplo. Puedes decirle algo como: ‘Vamos a la tienda y sólo compraremos cosas de nuestra lista. Puedes leer la lista pero no vamos a comprar dulces ni comida que no pone en la lista’. Esto será un mensaje claro y conciso sobre qué es lo que debe esperar de la situación en la tienda de comida. La orientación positiva siempre conducirá a un comportamiento positivo.

Céntrate en los aspectos positivos

Una parte de la disciplina positiva consiste en recompensar el buen comportamiento. Al centrarse en lo positivo, el niño aprenderá lo que es necesario para obtener la atención que busca de los padres. Una forma de conseguir esta motivación es usar herramienta de disciplina positiva como los cuadros de comportamiento o las recompensas para fomentar un comportamiento positivo.

Cuando un niño se esfuerza en sus conductas positivas y recibe elogios por ello, reducirá los comportamientos negativos como resultado. Un gráfico es una herramienta visual que el niño puede usar para trabajar hacia una recompensa.

Por ejemplo, puedes utilizar una etiqueta para colocar en una caja cada día de la semana siempre que tenga un comportamiento positivo durante el día. Al final de la semana, un juguete pequeño puede ser una buena recompensa dentro de la caja. El niño puede recibir elogios pero también puede tener alguna recompensa material por su esfuerzo. Pero piensa un momento, ¿irías a trabajar por las mañanas si no te pagaran con dinero?

Redirige las situaciones

Es inevitable que un niño se comporte mal en algún momento, incluso cuando se aplica la disciplina positiva. Una técnica positiva que puedes probar es la redirección de los comportamientos negativos. La redirección es útil para mover a un niño de una conducta a otra, sin necesidad de pasar por una rabieta.

Por ejemplo, si tu hijo está jugando con un objeto que se supone que no debe tocar, se le puede redirigir diciendo algo como: ‘Juan, vamos a poner eso en el cajón y después vamos a jugar con tus coches un ratito’. Esto le da al niño la oportunidad de detener su comportamiento negativo y pasar a algo positivo y divertido. Esta técnica se basa en el drama de la disciplina. Un niño tiene poca capacidad de atención y las probabilidades de que redirija su atención a algo que le gusta más son muy altas.

Mantén una buena comunicación

Es necesario que mantengas unas buenas líneas de comunicación con tu hijo. Tus hijos deben sentir que estás en este mundo por y para ellos, no importa lo que esté haciendo. Un niño es probable que escuche y respete las reglas y si hablas con tus hijos con tono positivo, podrás eliminar la negatividad del ambiente. La disciplina tradicional es una pérdida de tiempo y de energía.