Abuela, dime por qué me quieres tanto
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El amor de una abuela por sus nietos es difícil de comparar para entenderlo bien. Es como cuando se es madre o padre, solo se sabe lo que se siente cuando se es. El amor de una abuela comienza a florecer desde que sabe que va a esperar a un nieto y desde antes de que nazca ya está preocupada por su salud, porque sabe lo que es ser madre y lo importante que es que los niños se desarrollen correctamente.
No importa si ya tiene más nietos, si es el primero o si ya va por el sexto… Su amor no se divide, sino que se multiplica por cada uno de ellos. Sus nietos son de alguna manera, esas piezas en el puzzle de su vida que le faltaban y le hacen revivir y cobrar vitalidad en una etapa donde las fuerzas parecía que se agotaban. Pero con la sonrisa y la fuerza de sus nietos, se da cuenta de que ella, aún tiene energía y vitalidad para rato también… Quiere vivir el máximo de tiempo posible para poder disfrutar de sus nietos.
Son unas mujeres especiales
Las abuelas son esas mujeres especiales en la vida de los nietos, que llenan de amor cada segundo. El rol de madre lo dejaron atrás y aunque siguen siendo madre con sus hijos adultos, pueden tener una relación más distendida con ellos. Ya no se tienen que estresar tanto, ¡saben cuidarse por sí mismos! Cuando se convierte en abuela, ella no es la encargada de la educación de sus nietos, y la relación con ellos puede ser más flexible pero teniendo un gran vínculo emocional, de esos, que no se rompen nunca.
Es un vínculo emocional que no se romperá nunca, ni tan siquiera cuando deba marcharse hacia un lugar mejor.El vínculo emocional entre abuelas y nietos seguirá estando fuerte, aunque se sienta como un hilo mágico que va desde los nietos, hasta el cielo.
Las abuelas de ahora no son esas mujeres que se pasaban horas en la cocina haciendo galletas o cocinando para toda la familia. Por supuesto, también hay que lo hacen, pero por gusto y no por imposición social. Ahora las abuelas son esas mujeres que están al lado de sus nietos, de sus hijos, que quieren tener su compañía, que saben la importancia de estar con las personas que se ama realmente. Porque lo que realmente importa en la vida es vivirla y disfrutarla a cada segundo.
Una criatura recién nacida
Cuando una mujer se convierte en abuela y toma en sus brazos a su nieto, algo crece en su interior, algo cambia… pero lo que siente es plenitud. Se siente agradecida de que su nieto haya nacido fuerte y sano. La abuela sabe que debe dejar espacio a sus padres para que disfruten y conozcan a su bebé, pero se ofrece para ayudar en todo lo que necesiten… sabe lo difícil que son estos momentos tan importantes. No molestará, pero estará atenta por si la necesitan.
Las abuelas de ahora tienen una gran vitalidad, vida social, tienen compromisos, quizá sigan trabajando y tengan un horario ajustado, pero serán capaces de sacar tiempo para sus nietos. Su papel no es criar ni educar a sus nietos, ellas saben que son un gran apoyo emocional para sus nietos en este mundo cambiante. Su experiencia y sabiduría les marcarán un camino importante. Los nietos encontrarán en ella un gran abrazo cargado de seguridad emocional. Ella es la facilitadora del bienestar emocional… ¡tan importante hoy en día!
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