Educación

Por qué mi hijo se muerde las uñas y cómo evitarlo

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Niños muerden uñas
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Morderse las uñas es un mal hábito que muchas personas cometen, tanto adultos como niños. Cuando una persona se come las uñas normalmente suele responder a un signo de ansiedad o de nervios, es una forma de control para las emociones negativas. Aunque claro, morderse las uñas puede tener consecuencias muy negativas, no sólo estéticamente hablando sino también de salud.

En las uñas hay muchas bacterias de todo lo que tocamos diariamente, por lo que si se muerden se estarán metiendo en la boca esos microorganismos nocivos que pueden crear problemas de salud bucales e incluso de estómago y otros. Pero además, cuando existe demasiada ansiedad y las personas se muerden mucho las uñas, puede haber incluso riesgo de heridas muy dolorosas en los dedos… y es que parece que tanto niños y adultos no saben cómo parar. Aunque hoy me quiero centrar en los niños.

Por qué tu hijo se muerde las uñas

Un niño se puede morder las uñas por muchas razones como por ejemplo: por curiosidad, por aburrimiento, por ansiedad, para aliviar el estrés, como un mal hábito o por imitar a algún adulto de referencia que también se las muerde. Morderse las uñas es un hábito nervioso y suele ir acompañado por otros malos hábitos como chuparse el dedo pulgar, hurgarse la nariz e incluso rechinar los dientes… cuando un niño comienza a morderse las uñas de pequeño, si no se evita o se soluciona lo que lo causa, es probable que siga hasta la vida adulta.

Según la forma en que se las muerde será por una cosa o por otra

Normalmente suelen morderse las uñas los niños ansiosos, con muchas tensiones y presiones por parte de sus padres o sociales. Si tu hijo se muerde las uñas de forma moderada (sin lesionarse ni hacerse heridas) y lo hace de forma inconsciente (mientras ve la televisión u otras actividades) es porque es un niño ansioso. Si suele morderse las uñas en respuesta a alguna situación específica (como antes de un examen o de alguna prueba deportiva), es probable que sea una forma de hacer frente al estrés.

Pero sea cuál sea el motivo por el que se muerde las uñas, para evitar que llegue a la vida adulta, es necesario que le ayudes a canalizar las emociones que le hacen mordérselas y de este modo dejará de hacerlo y no se convertirá en un serio problema.

Evita que tu hijo se muerda las uñas

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a que deje de morderse las uñas?

Identifica sus ansiedades

La primera respuesta de todos los padres cuando un niño hace algo que nos preocupa es intentar detener el comportamiento, pero aunque lo logres a corto plazo, a largo plazo volverá a ocurrir. Se necesita saber qué es lo que causa la ansiedad, pensar en las causas subyacentes de la conducta y pensar en qué es lo que necesita para hacer frente a esos sentimientos que le perturban.

Puedes hablar con tu hijo sobre sus preocupaciones (una mudanza, un divorcio, un cambio de escuela, un examen, etc.) y haz un esfuerzo especial por ayudarle a hablar sobre lo que le pasa por la cabeza.

No le regañes ni le castigues

Es necesario que ni le regañes ni le castigues. Si tu hijo realmente no quiere dejar de morderse las uñas, no podrás hacer nada al respecto. Por mucho que le regañes o le castigues, sólo conseguirás que se sienta frustrado y que la relación contigo salga perjudicada. Piensa que el morderse las uñas es un hábito nervioso y suele hacerse de forma inconsciente, por lo que deberás saber por qué lo hace y eliminar la base. Pero si es un hábito que te molesta puedes decirle algo razonable como: “No te muerdas las uñas en la mesa“, “No te muerdas las uñas mientras de hablo”, etc. Son cosas razonables que podrá cumplir. Pero evita cosas como: “Deja de morderte las uñas porque me pones de los nervios”, sería un ataque que podría comenzar una batalla inútil.

No montes dramas

No es necesario que montes dramas, cuanto menos alboroto exista alrededor de morderse las uñas, será más probable que detenga este comportamiento por sí mismo cuando esté preparado, e incluso será capaz de pedir ayuda cuando esté listo y se sienta cómodo para dejarlo.

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